jueves, junio 24, 2010

INDIA Y LA PDD

Fuente: Time
Fecha: 27 Mayo 2010

Lo que se publicitaba como un “anticonceptivo de emergencia”, la famosa píldora del día siguiente, se está convirtiendo en un método de uso regular. Es lo que ha ocurrido en la India, explica la revista Time. Lo mismo podría decirse de otros lugares en los que la píldora es accesible sin receta.
En la India, las autoridades sanitarias y los médicos están preocupados por el aumento de la demanda de la píldora del día siguiente, sobre todo en las grandes ciudades. La anticoncepción de emergencia comenzó a dispensarse de forma libre en Nueva Delhi en 2005. Sin embargo, el incremento de la demanda comenzó a percibirse en 2007, cuando se lanzó una campaña que promocionaba el uso de la píldora en revistas femeninas y en programas de televisión para mujeres.
A juzgar por los resultados económicos, la publicidad tuvo un poderoso efecto sobre la población más joven del país. Según datos oficiales, Cipla, una importante compañía farmacéutica nacional que ofrece la píldora a un precio muy bajo (el equivalente de 1,6 dólares), ha vendido un promedio de 200.000 unidades al mes desde 2007. Lo mismo viene a decir un estudio de mercado realizado por AC Nielsen, que calculaba las ventas totales en 16.850 millones de dólares en el último año, lo que supone un aumento del 245% desde que comenzó su comercialización libre.
Rishma Dhillon Pai, ginecólogo y vicepresidente de la Federación de Sociedades de Ginecología y Obstetricia de la India, señaló que muchas jóvenes que acuden a su consulta de Bombay reconocen que utilizan la píldora “unas tres o cuatro veces al mes”, sin percatarse de las consecuencias que este uso frecuente puede tener en su organismo. El levonorgestrel, que actúa como principio activo, puede provocar náuseas, vómitos y debilidad. También puede producir importantes cambios hormonales en la mujer, y de hecho, los médicos de las grandes ciudades de la India han observado un incremento de tales trastornos en los últimos años.
Además, la facilidad con la que se puede obtener la píldora promueve la promiscuidad, y no es de extrañar que, como señala el Dr. Pai, se detecte un repunte de las enfermedades de transmisión sexual. A su juicio, la causa de todo ello está en la política que se ha seguido para promocionar este anticonceptivo: en lugar de restringir su uso, se ha vendido como un producto muy barato y accesible sin prescripción. Si no se informa sobre cómo actúa en el organismo, ni de sus efectos secundarios, la población tiende a pensar que su consumo es seguro.

miércoles, junio 23, 2010

MATERNIDAD ADOLESCENTE

Uno de los asuntos más importantes a dilucidar para la comprensión de los problemas actuales es el tema del sujeto. ¿De quién hablamos al referirnos a la sociedad global que padece crisis ecológicas o financieras? ¿Y al referirnos a un país? El reto radica en que si no sabemos a quién nos referimos no podremos solucionar los problemas que escapan al ámbito del sujeto individual.
Aquí entramos nosotros, los sociólogos, que nos dedicamos precisamente a eso: a reconocer el inicio de acciones sociales en colectivos que llamamos grupos y que no son reducibles a acciones individuales. Los sociólogos somos unos incomprendidos. Particularmente lo somos por los filósofos que nos ven como su competencia, algo en lo que tienen razón pues su secular práctica del intrusismo profesional que tantos puestos de trabajo les ha dado en escuelas, colegios y universidades, está empezando a verse cuestionada.
Y es que los filósofos tienen un problema a la hora de analizar la sociedad:
difícilmente caen en la cuenta de que la sociedad es algo más que la suma de
sus miembros. El mismo Juan Pablo II les planteó un reto que no han sabido
superar al hablar de pecado social y de estructuras de pecado. Quiero decir
que los filósofos tienden al anclaje individualista, “eso sí –dicen ellos para parecer ecuánimes- abierto a los demás”, pero se trata a fin de cuentas de un sesgo acendrada y primariamente individualista. Por eso ciertos filósofos que se llaman personalistas han necesitado desmarcarse del personismo (hay humanos que no son personas y otros seres vivos que sí), que es como la balsa en que desemboca de forma natural el cauce del reduccionismo individualista, al que, por cierto, tampoco son ajenos muchos economistas.
A los médicos les ocurre algo parecido (en el doble sentido de que también practican el intrusismo e ignoran qué es la sociedad viendo solo pacientes individuales). Por eso para nuestros galenos representa una dificultad muy grande resolver problemas sociales (del sujeto social) con medicina que ellos llaman preventiva (del sujeto individual). Esto se ve claro en temas como la sexualidad y la afectividad que pueden tener una consecuencia patológica individual pero que a menudo tienen una causa social (y se supone que una terapia social también).
Por eso la medicina preventiva (que es a lo que se dedica la Salud Pública) yerra conceptualmente al aplicar terapias sociales. Tomemos el caso de las disfunciones sexuales, por ejemplo, para ver lo que queremos decir. Dice el médico: “puesto que tenemos un problema con los embarazos precoces y la disminución de la edad de inicio de relaciones sexuales, acudamos a la persuasión preventiva instando a los jóvenes a protegerse mediante el sexo seguro”. Aquí tenemos un problema (social) detectado y aconsejamos una acción (individual) preventiva, lo cual es un contrasentido. Si el problema ya se da, ya lo tenemos, la acción no puede ser preventiva puesto que el problema está aquí, sino reparadora. La acción debe de reparar el roto. Es decir, debe de actuar sobre el sujeto social (no solo el individual) para rectificar un comportamiento equivocado que es operativo y no asumir que ese comportamiento todavía no se ha dado y que por tanto podrá evitarse en el futuro mediante la adecuada profilaxis.
Las campañas del sexo seguro que hemos padecido a lo largo de todos estos años han fallado precisamente por esto: erraban en reconocer al paciente (la sociedad) y fallaban en el ámbito de la terapia necesaria: aconsejaban hacer algo mejor en el futuro en vez de proponer una rectificación (un dejar de hacer en el presente).
El ámbito científico propio para entender los problemas sociales no es la medicina sino la sociología y el criterio operativo para solucionarlos es el propio de la sociología, es decir el que opera con valores compartidos que conforman cultura. El problema detectado al que nos hemos referido de los embarazos precoces, que en sí mismo es la parte de un problema mayor que afecta a la misma comprensión de la sexualidad humana, no es un asunto susceptible de solución técnica o tecnológica. De hecho las veces que se han implementado este tipo de soluciones en diversos países el problema parece haberse hecho mayor en vez de solucionarse y ahora observamos una carrera hacia delante en el que las terapias propuestas al creciente problema no salen de la misma errónea visión: “a más embarazos adolescentes, más condones y más química, y si esto no funciona es problema es de dosis: nos hemos quedado cortos y harán falta todavía más, muchos más condones y mucha más química”. Nadie parece preguntarse: ¿no será que nos estamos equivocando?
Pues sí: de raíz. La equivocación es de bulto.
Nosotros los sociólogos hablamos más propiamente de salud social que de salud pública y pensamos que los problemas sociales requieren de una comprensión previa del sujeto sobre el que operan, que es la sociedad. En el caso que nos ocupa la solución del problema de la sexualidad adolescente no puede separarse del entendimiento de la relación que existe entre sexualidad y sociedad. De pequeños siempre oímos que si el alimento era para el individuo, el sexo lo era para la especie humana. Pues bien, ¿dónde se reconoce la especie y sociedad humanas como tales? Pues se reconocen en los valores y en la cultura que conforman. Y sin incidir en ellos no pueden ni comprenderse ni solucionarse los problemas sociales, el de la sexualidad adolescente entre otros.
Con esta pequeña alerta solo pretendemos pedir dos cosas. Por un lado que se nos haga caso. Que se cuente con la sociología a la hora de tratar de solucionar los problemas del paciente social. Y que se acabe de una vez con tanta tozudez en el error. Una tozudez que no es inocente pues la pertinacia en proponer a los jóvenes más sexo y más condón se salda también con más embarazos y más abortos. Y esto último es una desgracia que pagan quienes menos culpa tienen.
Y por otro lado, pedimos que intentemos cambiar de angular. Como se habrá adivinado, si lo que aconsejamos es dirigirnos directamente a los valores y a la cultura para dar solución a problemas serios de salud social, el consejo que late tras nuestra propuesta es que nos atrevamos con la más políticamente incorrecta de las soluciones: la de proponer una (pequeña o grande) revolución cultural. Ante evidencias de crisis estructurales (la proliferación de enfermedades sociales lo son) necesitamos cuestionarnos la solidez de nuestros valores y la vigencia de eso que llamamos modernidad sin miedo a que ello nos aboque a la exigencia de originalidad que provoca una reinvención. Naturalmente que hay aquí un riesgo. Pero es un riesgo nuestro que es como debe ser. No es de ellos (los jóvenes o las futuras generaciones) por más que el prejuicio individualista trate de excusarnos recluyéndonos en la comodidad de la indolencia.

José Pérez Adán
Profesor de Sociología. Universidad de Valencia

martes, junio 22, 2010

NUEVA PILDORA DIA DESPUES, LA DE 5 DIAS

El nombre comercial es EllaOne, pero ya ha sido bautizada como la
píldora de los cinco días después. La sustancia es una transformación
significativa y peligrosa del aborto farmacológico: estamos hablando de un
producto de acción abortiva, registrado como anticonceptivo en la
discutible categoría de anticoncepción de emergencia.
La diferencia con la conocida píldora del día después puede parecer
sutil, pero es sustancial. La nueva pastilla actúa dentro de las 72 horas
después de una relación sexual en la que exista posibilidad de concepción.
Y su mecanismo no está del todo claro: en el prospecto informativo se lee
que puede bloquear la fecundación, de forma que actúe como
anticonceptivo, pero también puede provocar la eliminación del embrión
mediante la prevención de su implantación en el útero.
Según lo declarado por el fabricante, una vez iniciada la
implantación la píldora del día después ya no es eficaz. EllaOne se
mantiene activa durante más tiempo -cinco días- debido a que funciona de
un modo diferente: bloquea la progesterona, la hormona del embarazo, de
8
manera similar a la píldora abortiva RU-486, y en presencia de un embrión
si no se ha implantado impide su anidación y si ya lo ha hecho, puede
desprenderlo del útero de su madre. Debido a su mecanismo de acción está
específicamente contraindicada en el embarazo.
Desde el punto de vista moral, el uso de ambas píldoras es totalmente
análogo, ya que en ambos casos tomarlas sabiendo que puede haber un
embrión acarrea problemas éticos y de conciencia. Sin embargo, la
comercialización en Italia y otros países de la píldora de los cinco días
después por la compañía que la produce -la francesa Pharma HRA- supone
una diferencia importante: es un fármaco con acción abortiva que la
compañía fabricante ha podido registrar como anticonceptivo, ni siquiera
en la categoría de "emergencia".
La ambigüedad y la confusión no podrían ser mayores, porque
estamos en presencia de un dispositivo que permite obtener legalmente un
aborto precoz con receta en cualquier farmacia de la Unión Europea
clasificando ese aborto como anticoncepción.
Desde el principio, sin embargo, fue precisamente el objetivo
buscado por los defensores del aborto farmacológico: la desaparición del
aborto en sí, entendido como si no se deseara, pero recurriendo a la
interrupción del embarazo. Con más y más pastillas administradas de forma
temprana, en realidad el aborto siempre está ahí, pero se hace invisible,
socialmente no reconocido, y afectando sólo a la mujer que toma la píldora.
Y un aborto invisible no sólo es un drama, sino un drama que será casi
imposible de prevenir.
Cuando llegue a Italia esta nueva píldora aumentarán los problemas
de objeción de conciencia del personal sanitario, empezando por los
farmacéuticos: será difícil considerar como anticonceptivo un fármaco que
puede eliminar un embrión de cinco días. También es curioso que en un
país como el nuestro, donde en nombre de la salud de la mujer, tribunales
de todo tipo -administrativos, civiles y hasta el Constitucional- aman
pronunciarse sobre los embriones humanos, nadie se plantee el problema de
la salud de las niñas que toman las píldoras del día después y de los cinco
días después, sin ningún tipo de control.
Dejando a un lado las razones éticas y considerando que las que
toman estas pastillas son en su mayoría jóvenes -a menudo niñas-,
¿estamos realmente seguros de que vayan a hacer un uso ocasional y de que
la ausencia de control no tendrá consecuencias para su salud futura?
Está apareciendo así una situación nueva de riesgo: confiemos en que
las autoridades competentes, en particular la Agencia Italiana de
Medicamentos, que se encarga de evaluarlos antes de su comercialización,
aborde la cuestión con renovado y gran sentido de responsabilidad
(Assuntina Moréis. Avenire, 4-II-2010). Traducido y publicado por DM,
18-II-2010).

jueves, junio 17, 2010

ABORTO EN EUROPA

Antes de abordar directamente el tema del aborto en
Europa nos referiremos a un aspecto fundamental para su
evaluación ética, cual es determinar en qué momento se
inicia la vida humana, pues en función de cuando ésta
comience dependerá la valoración ética del aborto,
especialmente del preimplantacional.
El que la vida de los seres humanos empieza con la
fecundación parece un hecho biológicamente incontrovertible. Creemos que
hoy día ningún experto en esta materia pueda poner en duda que la vida del
ser humano empieza con la fecundación, y menos demostrar que no
empieza. Otra cosa, es que a esa vida humana se le atribuya el carácter de
persona humana, pero en lo que atañe a la cuestión biológica, el principio
de la vida humana parece claramente establecido.
Por ello, terminar con una vida embrionaria desde ese momento
inicial hasta su implantación en el útero materno es matar a un ser humano,
es provocar un aborto.
Pero antes de pasar adelante nos parece necesario hacer una reflexión
sobre el aborto. A nuestro juicio existen dos tipos de abortos, el que se
produce desde la fecundación, es decir desde la constitución del cigoto
humano, hasta la consolidación de la implantación y el que tiene lugar
desde la consolidación de la implantación hasta que el feto es viable,
posteriormente a ese momento no se trataría ya de un aborto sino de un
infanticidio. Consecuentemente se puede distinguir dos tipos de abortos: el
aborto preimplantacional y el postimplantacional.
Aborto preimplantacional
El aborto preimplantacional se da fundamentalmente como
consecuencia de la práctica de la regulación artificial de la fertilidad
humana, de la contracepción de emergencia y de todas aquellas técnicas
biomédicas que utilizan embriones humanos, generalmente con carácter
experimental.
Regulación de la fertilidad humana y aborto
Para conocer qué métodos de regulación de la fertilidad humana
pueden ser abortivos es necesario realizar una primera precisión. Estos
métodos pueden actuar de dos maneras, por un procedimiento
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anticonceptivo, es decir impidiendo la fecundación del óvulo, o por un
mecanismo antiimplantatorio, dificultando o impidiendo que el embrión se
pueda implantar en el útero de su madre.
El uso de los primeros métodos, los anticonceptivos, tiene la
dificultad moral que implica el privar a la relación matrimonial de su
apertura a la vida, así como de romper la unidad de esa relación de amor
entre los esposos. Indudablemente no podemos aquí extendernos más en
este fundamental tema de la vida conyugal, pero sí afirmar que en este caso,
es decir cuando se usan métodos anticonceptivos, no se pierde ninguna vida
humana, por lo que la catalogación moral negativa que su utilización tiene
estará únicamente relacionada con la ruptura de la unidad del acto conyugal
que anteriormente se ha comentado.
Sin embargo, en los métodos en los que se impide el embarazo por un
mecanismo antiimplantatorio, se estará impidiendo dicho embarazo
terminando con la vida de un embrión que ya ha iniciado su andadura vital.
Por lo que en esta circunstancia a la valoración negativa de los métodos
anticonceptivos hay que añadirle la doblemente negativa de terminar con
una vida humana.
Consecuentemente a esta reflexión es importante establecer que
métodos de los que se utilizan el la regulación de la fertilidad humana son
anticonceptivos y cuales antiimplantatorios, o como se les llama a estos
últimos en la Instrucción Dignitas personae, interceptivos.
En este sentido se puede afirmar que todos los métodos de barrera,
especialmente el preservativo, son anticonceptivos. Que la conocida
tradicionalmente como píldora anticonceptiva actúa fundamentalmente
impidiendo la fecundación del óvulo, aunque no se puede descartar que en
una proporción pequeña de casos, alrededor del 10%, pueda actuar
impidiendo la implantación del embrión. Precisamente por esta doble
acción, y también por modificar el tránsito del embrión ya fecundado por la
trompa de Falopio e incluso por dificultar el acceso de los espermatozoides
hasta el óvulo, es por lo que su eficacia contraceptiva es tan elevada, ya que
el índice de fallos está alrededor del 0,1 %.
La píldora del día después (levonorgestrel), o la recientemente
introducida de los cinco días después (ulipristal acetato), actúan, tanto por
un mecanismo anticonceptivo como antiimplantatorio, en un porcentaje de
veces parecido. Es por ello, por lo que en alrededor del 50% de los casos se
evita el embarazo por un mecanismo antiimplantaorio. Por tanto, en esa
misma proporción de veces, estas píldoras serán abortivas, circunstancia
que habrá que tener ineludiblemente en cuenta al establecer un juicio ético
sobre su uso.
El otro gran procedimiento artificial utilizado para regular o impedir
los embarazos es el dispositivo intrauterino. De éste se puede afirmar, creo
que sin temor a errar, que al menos en la mitad de los casos actúa por un
mecanismo antiimplantatorio y consecuentemente abortivo.
Finalmente están los métodos contragestativos, de los que el más
utilizado es la píldora abortiva RU-486, asociada al uso de una
prostagladina, el misoprostol. Estos métodos son siempre abortivos, pues,
no es que impidan la implantación del embrión, sino que desprenden éste
del útero materno después de que la implantación ya se haya consolidado.
Consecuentemente su acción es siempre abortiva.
Aborto post implantacional
El aborto postimplantacional es aquel que se produce cuando ya ese
ser humano incipiente se encuentra en su estadio fetal, pues en la mayoría
de las veces el aborto se da entre la octava y catorce semana de vida del
feto.
Con independencia de que terminar con una vida humana siempre es
algo éticamente inadmisible, si además de ello a esto se añade el gran
número de vidas que se pierden en el mundo, y por supuesto en Europa, por
el aborto, hace que éste sea uno de los más negativos hechos que
actualmente se dan en nuestra sociedad.
En el año 2008 (hasta octubre), que son los últimos datos
oficialmente recogidos, se habían producido en el mundo 37.475.233
abortos, por lo que, sin temor a exagerar se puede afirmar que en ese año se
perdieron en el mundo alrededor de 45 millones de vidas humanas por
causa del aborto.
Otro hecho que nos parece de especial relevancia es considerar que
desde que hay datos fiables hasta 2007, se habían producido en el mundo
960.851.582 abortos, por lo que hasta la fecha de hoy se puede
razonablemente afirmar que por esta execrable práctica se han perdido en el
mundo más de 1000 millones de vidas humanas.
En relación con el aborto en Europa no podemos referir aquí
pormenorizadamente el número de abortos que se han dado en cada uno de
los países, sin embargo, sí que parece de interés referir que en un sólo país,
la antigua URSS, desde 1922 hasta 1991 se contabilizaron 297.956.620
abortos. Desde que existen datos fiables hasta octubre de 2008, los diez
países europeos con mayor número de abortos son: Rusia (1992), con
38.935.544; Rumania (1958) 22.166.940; Ucrania (1992) 8.305.779;
Polonia (1955) 6.384.690; Francia (1936) 6.345.031; Reino Unido (1958)
10
6.354.353; Hungría (1949) 6.042.545; Bulgaria (1953) 5.662.855; Alemania
(1944) 5.632.999 y Yugoslavia (1955-1991) 5.396.261. La cifra entre
paréntesis detrás de cada país indica desde qué año y hasta 2008
corresponde el número de abortos referenciado. En el caso de Yugoslavia
ese periodo es de 1955 a 1991, año en que este país desapareció como
estado unitario.
Es de interés también evaluar el número de abortos por mil habitantes
de cada país. En relación con ello los países con un índice mayor son: Rusia
12.1, Rumania 6.4, Hungría 5.8, Ucrania 4.5, Francia 3.0, Reino Unido 2.5,
España 1.8, Turquía 1.5, y Alemania 1.1.
Resumiendo, el número total de abortos en Europa fue el año 2008
fue de 2.863.849, de ellos 1.207.646 en la Europa de los 27.
Desde que existen datos fiables, en Europa se han producido hasta
octubre de 2008, 432.119.397, por lo que razonablemente se puede afirmar
que a fecha de hoy se habrán superado las 500 millones de vidas humanas
perdidas por el aborto.
Otro dato a nuestro juicio de interés es evaluar el incremento de
abortos desde 1998 a 2008. En este triste ranking España ocupa el primer
lugar con 61.665 abortos, siguiéndole en los primeros cinco puestos el
Reino Unido con 16.088, Suecia con 7041, Bélgica con 6034 y Grecia con
4.657.
Desde un punto de vista sociológico es relevante determinar los
abortos que se han producido entre las adolescentes, dada la gravedad de
esta plaga social en Europa. En 2008 los cinco países con mayor número de
abortos entre estas jóvenes han sido: Reino Unido con 46.857, Francia con
31.779 (en este caso los datos son de 2006), España con 14.339, Rumania
con 14.316 y Alemania con 13.375. El total de abortos de adolescentes en
Europa en 2008 ha sido de 338.217 y en la Europa de los 27 de 170.932.
Otro aspecto importante es conocer el porcentaje de embarazos que
terminaron en aborto en Europa. El país que ocupa el primer lugar es Rusia
con el 52%, le siguen Rumania (40,6%), Hungría (38,9%), Estonia (38,7%),
Bielorrusia (37,7%), Letonia (34,7%), Bulgaria (33,3%) y Georgia (30,7%).
Globalmente en la Europa de los 27 en 2008 se produjeron 5.384.190
embarazos, de los cuales 1.207.646 terminaron en aborto, es decir 1 de cada
5 embarazos.
Situación legal del aborto en Europa
El aborto está despenalizado en circunstancias concretas, que pueden
ser económicas, sociales, de salud de la madre o enfermedad del feto, en
Chipre, hasta la 28 semana, Reino Unido hasta la 24 y Finlandia, Polonia,
Luxemburgo, y Portugal hasta la 12 semana. Conviene señalar que en
Polonia esta despenalización del aborto solo se da en casos en los que exista
un grave motivo, especialmente relacionado con la salud de la madre.
En la mayoría de países europeos existe, con relación al aborto, una
ley de plazos, que en el Reino Unido es hasta la semana 24 del embarazo,
en Suecia hasta la 18, en Rumania y España hasta la 14, en Holanda hasta la
13. Después hay un grupo de 27 países en que el plazo para abortar
libremente es hasta la semana 12 del embarazo. Los países más restrictivos
son Bosnia, Macedonia y Turquía en los que el plazo es hasta las 10
semanas. Finalmente hay 2 países, Irlanda y Malta, en los que el aborto es
ilegal en cualquier circunstancia.
Objeción de conciencia
Un aspecto legal importante es reconocer el derecho que los
facultativos y los enfermeros/as tienen a ejercer la objeción de conciencia
para no intervenir en prácticas abortivas. Este derecho, con distintos
requisitos para ejercerlo, está reconocido en Alemania, Austria, Bélgica,
Dinamarca, España, Francia, Holanda, Portugal y Reino Unido.
Posibles acciones para defender la vida humana en Europa
A nuestro juicio son varias las acciones que se pueden desarrollar para
defender la vida del no nacido. Entre ellas:
1. Incrementar las ayudas a las embrazadas y a sus hijos recién nacidos.
2. Facilitar la reinserción social de estar madres.
3. Implementar la cultura de la vida.
4. Aumentar la presencia social de los que defienden la vida,
especialmente en las calles.
5. Mantener una participación activa en los medios de comunicación
social y en los foros culturales.
6. Promover la acción política, tanto en países individuales, como en el
seno de la Unión Europea.
7. Celebrar el “Día de la Vida” en una fecha determinada en toda
Europa, que posiblemente podría ser el 25 de marzo.
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En relación con las ayudas a las embarazadas y a sus hijos se pueden
recabar fondos de instituciones públicas, organismos privados, individuos
concretos y esencialmente de los socios provida.
En este sentido nos parece de interés resaltar que por parte de la
Federación Española de Asociaciones Provida, en 2009 se atendieron 10582
mujeres; además se dio ayuda a 6229 gestantes directamente en su casa; que
280 niños nacieron de madres gestantes alojadas en centros de acogida y
que adicionalmente se atendieron 2706 mujeres con hijos lactantes menores
a su cargo. También es relevante que 3577 niños nacieron de esas madres
directamente atendidas y que 4416 recibieron ayudas concretas por parte de
la Federación Española. Finalmente también conviene señalar que 1856
familias fueron ayudadas directamente. En total en el año 2009 se
atendieron 19.057 personas directa o indirectamente relacionadas con las
madres embarazadas.
Desafíos, oportunidades y estrategias
Aborto preimplantacional
En relación con este tipo de aborto parece fundamental seguir
aportando datos científicos de que la vida humana se inicia con la
fecundación, pero sobretodo confirmar desde una vertiente antropológica,
filosófica, teológica y jurídica el carácter personal de esa vida humana
naciente, a la vez que concienciar a la sociedad, incluidos estamentos
eclesiales, sobre la gravedad del aborto preimplantatorio, especialmente por
la utilización del DIU, pues conviene no pasar por alto que por el uso de
este pequeño instrumento contraceptivo se perdieran en el año 2008 no
menos de 100 millones de vidas humanas.
Por otro lado, parece fundamental que se vayan conociendo cada vez
mejor los mecanismos por lo que actúan los métodos de regulación de la
fecundación humana y los utilizados en la contracepción de emergencia,
pues es fundamental determinar el carácter abortivo o no de los mismos.
También es de gran importancia hacer llegar a la sociedad el hecho de
que un gran número de embriones humanos se pierden como consecuencia
de las nuevas tecnologías de experimentación biomédica, especialmente por
la consecución y posterior utilización de células madre embrionarias.
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Así mismo, y por su indudable repercusión social, es indispensable
recordar la inexorable pérdida de embriones humanos que va unida al uso
de las técnicas de reproducción asistida, diagnóstico genético
preimplantacional y sobretodo a la producción de bebés-medicamento, pues
no hay que olvidar que la eficiencia de esta práctica es aproximadamente
del 2%.
Aborto post implantacional
En relación con el aborto post implantacional nos parece que lo
prioritario es mantener en este momento la tensión social relacionada con
la defensa de la vida, pues, en la mayor parte de los países europeos esta
actitud provida está como adormecida. Hay que evitar a toda costa que el
aborto se asuma como algo normal, por lo que es fundamental seguir
formando e informando a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes,
sobre la realidad del aborto, haciendo especial énfasis en cuál es la realidad
biológica de un feto humano de más de diez semanas de vida, momento a
partir del cual en la mayoría de las ocasiones se realizan los abortos,
utilizando para este fin todos los medios que nos proporcionan las nuevas
tecnologías.
Indudablemente, un aspecto decisivo en esta política de defensa de la
vida en Europa es la presencia en los medios de comunicación social y en
las nuevas redes sociales, con aportaciones que defiendan la vida humana,
política que hay que seguir de forma constante, aunque probablemente haya
que reforzarla en situaciones puntuales donde la vida humana esté sufriendo
un ataque especialmente grave.
Finalmente parece muy conveniente promover la actuación de
políticos provida, que puedan desarrollar su acción, individualmente o
agrupados, en los foros gubernamentales, tanto nacionales como europeos.
Acciones dirigidas al ámbito eclesial
Actividad ineludible dentro de este terreno es promover la formación
en estas materias del clero diocesano, especialmente en lo que hace
referencia al Magisterio de la Iglesia, pero también en todo aquello
relacionado con los nuevos conocimientos científicos que sobre estos temas
se van produciendo. Dado que el avance en estas materias es muy rápido,
pues prácticamente todas las semanas se publican nuevos datos de
relevancia, parece fundamental fomentar la constitución de grupos de
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científicos y expertos en general, que estando al tanto de los mismos puedan
servir de puente de unión entre la ciencia y el mundo eclesial.
También en un orden práctico nos parece de importancia implicar a
las estructuras eclesiales, especialmente obispados y parroquias, para que de
una forma sistemática difundan en sus escritos y homilías argumentos en
favor de la defensa de la vida y contrarios a la terrible realidad del aborto, a
ser posible con un lenguaje directo y científicamente bien documentado.
Última reflexión
Con independencia de las medidas puntuales anteriormente
enumeradas es indudable que el aborto, como la manifestación más radical
de desprecio a la vida humana, es en Europa la consecuencia inseparable
del caldo de cultivo, hedonista, materialista y ajeno a la trascendencia en el
que está sumido este continente. Por ello, la solución de fondo
ineludiblemente pasa por recuperar la visión trascendente de la vida y con
ello el verdadero sentido de la familia y del matrimonio, como lugar idóneo
para la procreación de nuevas vidas, así como del verdadero valor que cada
nueva vida humana tiene en sí misma por su intrínseca dignidad.
Epílogo
En el tiempo en que un lector atento haya podido leer este
documento, seguramente acomodado confortablemente en su casa, en
Europa habrán muerto alrededor de 160 niños no nacidos. Por ello me
pregunto ¿merece la pena seguir luchando por defender la vida en este viejo
continente nuestro?
Bibliografía consultada.
1. Aznar J. Archivo personal. 2010
2. Aznar J. Mechanism of action of the morning-after pill
Medicina e Morale 2009/3, 512-517
3. Aznar J. Ulipristal acetate. A new emergency contraceptive. Ethical
aspects.
Medicina e Morale 2010/1, 15-21
4. Eurostat
5. Federación Española de Asociaciones Provida
6. Greenall R. BBC News, Online
http://newsvote.bbc.co.uk/mpapps/pagetools/print/news.bbc.co.uk/2/hi/europe/309315