lunes, julio 26, 2010

MATRIMONIOS GAY EN ESPAÑA

Tan sólo cinco años después de la aprobación de la Ley del Matrimonio homosexual en España, el reducido número de enlaces de esta naturaleza oficiados refrenda dos argumentos aducidos por quienes se manifestaron antaño en contra de la norma. El primero, que no era una cuestión demandada por la sociedad; y el segundo, que era una forma de desnaturalizar la institución del matrimonio.

Aunque la Federación de Gays y Lesbianas sube la cifra a 18.000 enlaces, el Ministerio de Justicia ha contabilizado, entre el 3 de julio de 2005 y el pasado 6 de junio, un total de 8.624 enlaces de este tipo, muy lejos de los 100.000 que los defensores de la reforma predijeron. Si se esperaba que entre un 5% y un 10% de la población española encontrara respuesta a sus necesidades en esta ley, finalmente sólo ha afectado a un 2% de los matrimonios celebrados desde entonces.
Anulado el argumento cuantitativo, antes que admitir el fracaso de la norma o la politización de la misma, los colectivos de Gays y Lesbianas interpretan el reducido número de enlaces en clave de cambio social. El mismo Pedro Zerolo, adalid del movimiento gay en España y Secretario de Movimientos Sociales del PSOE, explica ahora que “en realidad, existen muchas parejas de hecho”, figura ésta elegida en muchos países para la unión entre personas del mismo sexo, pero que en España los impulsores de la ley –el Partido Socialista de la mano de los colectivos de gays y lesbianas– la desestimaron por quedarse corta en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales.
En declaraciones que se han hecho eco de estas cifras, algunos activistas pertenecientes a estos colectivos reflexionan sobre la figura del matrimonio y explican que “es curioso que hablemos del matrimonio gay como una revolución, como un cambio, cuando ese cambio encierra un refuerzo de una de las instituciones más conservadoras que existen”.
Argentina, a la espera
Quienes impulsaron en España la Ley del matrimonio homosexual la alentaron también en países de Latinoamérica y consecuencia de ello es que el próximo 14 de julio el Senado argentino votará para aprobar o no una ley similar a la española.
Los argumentos de los colectivos de gays y lesbianas argentinos son los mismos que en su día enarbolaron sus homólogos españoles, entre ellos el de la igualdad de derechos ante la ley, desestimado en países como Italia donde los tribunales argumentan que no discrimina a los homosexuales, porque uniones y matrimonios no son realidades homogéneas. El Tribunal Europeo de Derechos humanos acaba de confirmar en una sentencia que los Estados miembros del Consejo de Europa no están obligados a reconocer el derecho a casarse de las parejas del mismo sexo (cfr. artículo relacionado).
En cualquier caso, parece haber poca comunicación internacional entre estos colectivos, porque si no, los argentinos todavía estarían a tiempo de darse cuenta de que aquello por lo que luchan no es ni siquiera una prioridad entre los homosexuales. El matrimonio no responde ni a su ritmo ni a sus ideales de vida.

domingo, julio 25, 2010

DERECHOS HUMANOS Y MATRIMONIO GAY

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de respaldar la decisión de Austria de negarse a casar a dos homosexuales. Además, la sentencia aclara que el Convenio Europeo de Derechos Humanos no obliga a los Estados firmantes (o sea, a los países miembros del Consejo de Europa) a reconocer el derecho al matrimonio gay.
En septiembre de 2002, los austriacos Horst Michael Schalk y Johann Franz Kopf fueron a casarse al Ayuntamiento de Viena. Pero éste denegó la solicitud argumentando que según la ley austríaca el matrimonio sólo puede contraerse entre un hombre y una mujer. La decisión fue ratificada por el gobierno de la capital en 2003 y, varios meses después, por el propio Tribunal Constitucional austriaco.


El Tribunal dice por unanimidad que el Convenio no obliga a ningún Estado firmante a reconocer el derecho a casarse a los homosexuales


En agosto de 2004, Schalk y Kopf recurrieron la sentencia del Constitucional ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. Los recurrentes alegaron que Austria estaba vulnerando el art. 12 (derecho a contraer matrimonio) del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Schalk y Kopf argumentaron también que la decisión de Austria suponía una discriminación por razón de su orientación sexual (prohibida por el art. 14 del Convenio), a la vez que les denegaba la posibilidad de reconocer legalmente su unión, lo que –a juicio de los recurrentes– vulnera su derecho al respeto de la vida privada y familiar (reconocido en el art. 8 del Convenio).
Entre hombre y mujer
El Tribunal Europeo de Derecho Humanos no ha querido meterse en grandes disquisiciones jurídicas sobre el reconocimiento de las uniones del mismo sexo. Prácticamente se limita a analizar si el Convenio obliga o no a Austria a casar a los homosexuales (cfr. nota de prensa del Tribunal).
En primer lugar, el Tribunal dice que si bien es cierto que en la sociedad actual la procreación ya no es un elemento decisivo del matrimonio civil –como argumentan los demandantes–, esto no permite concluir que Austria esté obligada en virtud del art. 12 del Convenio a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Además, los siete jueces del Tribunal dicen por unanimidad que el Convenio no obliga a ningún Estado firmante a reconocer el derecho a casarse a los homosexuales. Esta decisión corresponderá tomarla, en su caso, a cada Estado.
No están discriminados
A continuación, el Tribunal analiza si la decisión de Austria de restringir el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer discrimina o no a los homosexuales. Los jueces se fijan primero en el derecho al respeto de la vida privada y familiar de toda persona, reconocido en el art.8 del Convenio.
La sentencia constata que las actitudes sociales hacia las parejas del mismo sexo han evolucionado en los últimos años. De ahí concluye –sin explicar muy bien por qué– que la convivencia estable entre dos homosexuales es equiparable a la de dos personas de distinto sexo y, por tanto, cabe incluirles en el concepto de “vida familiar”.
Ahora bien: una vez que la relación de convivencia de los recurrentes ya ha quedado legalmente reconocida en Austria (tras la entrada en vigor de la Ley de Uniones Civiles en enero de 2010), la sentencia aclara que no es misión del Tribunal decirle a ningún país del Consejo de Europa cómo debe regular esas uniones.
Por este motivo, el Tribunal concluye –por cuatro votos a favor y tres en contra– que la decisión de Austria de no reconocer a las uniones homosexuales los mismos derechos que tienen los matrimonios no vulnera la prohibición de discriminación recogida en el art. 14 del Convenio.
La Ley de Uniones Civiles de Austria no permite a las uniones del mismo sexo adoptar hijos conjuntamente, ni adoptar a los de la pareja.

viernes, julio 23, 2010

HOMOSEXUALIDAD Y PSICOLOGIA

Los homosexuales ya pueden ir al psicólogo
Por Juanjo Romero
El Wall Street Journal cuenta en la edición del 6 de agosto de 2009 que la Asociación de Psicología Americana revisará sus directrices para permitir que los terapeutas ayuden a los homosexuales a rechazar o controlar sus impulsos: una nueva terapia basada en la fe y la identidad sexual. La historia tiene su miga, y nos tenemos que remontar varias décadas.
Una parte fundamental de los logros del lobby gay pivota sobre dos grandes hitos:
1. El desprestigiado y acientífico Informe Kinsey, que la maquinaria del imperio de John D. Rockefeller se encargó de propalar. Un informe que produce sonrojo a cualquier especialista, pero que todavía se blande: «un 10% de la población es homosexual» ¿Quién no ha oído semejante estupidez en alguna ocasión?
2. La exclusión de la homosexualidad de los trastornos psicológicos contemplados en el DSM-III (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), en una operación que habría firmado un homosexual confeso como Ernst Röhm, comandando las SA nazis. Contra el criterio de la mayoría de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), el lobby gay consiguió la eliminación.
El objetivo era múltiple. Una vez rendida la prestigiosa APA, el efecto dominó era imparable: dos años después caía la numerosa Asociación de Psicología Americana, y después la Asociación Nacional de Enseñanza. Se revisaron manuales, se cambiaban términos, el Transtorno Inmunológico por Conductas Homosexuales pasó a llamarse SIDA. Cualquier profesional que no se plegase a los dictados del totalitarismo homosexual era laminado. Cualquier homosexual que disintiese no era más que un reprimido, marcado con Estrellas Amarillas. No hay que remontarse demasiado, recordemos al Dr. Aquilino Polaino.
El movimiento homosexualista consiguió que el único tratamiento políticamente correcto, fuese la aceptación de la condición homosexual, cuando no su promoción, no se permitía ninguna otra terapia, aunque tuviese efecto. Los casos exitosos se ridiculizaban y/o se ocultaban.
Por ese motivo, el cambio de actitud de la Asociación de Psicología supone una vuelta a la cordura y a los criterios científicos y médicos. Parece un pequeño paso, pero es muy grande, de hecho, tengo mis dudas de que el homosexualismo permita que prosperen las nuevas directrices, muy lights, tal como se cuentan en el reportaje (traducción mía):
"Pero si aún así el cliente considera que la afirmación de su inclinación sexual puede ser pecaminosa o destructora de la fe, los psicólogos pueden ayudar a construir una identidad que rechace el poder de esas atracciones, dice la APA. Esto podría requerir vivir en celibato, aprender a cambiar los impulsos sexuales o proponerse una vida de lucha como una oportunidad de crecer más en la cercanía de Dios.
«No estamos tratando de animar a la gente a convertirse en ex-gay», dijo Judith Glassgold, que presidió el grupo de trabajo de la APA sobre el tema, «pero tenemos que reconocer que, para algunas personas, la identidad religiosa es una parte importante de sus vidas que puede trascender a todo lo demás»"
Ya sé que tiene muchas imprecisiones, como mezclar inclinación con acto sexual, ser homosexual –persona homosexual, persona con atracción sexual por el mismo sexo– con práctica sexual, como si fuesen lo mismo. O entender que el único impedimento para ser un sodomita es tener convicciones religiosas. Pero como no me esperaba semejante paso hacia el sentido común y a la práctica de la medicina, pues lo reseño. Y más cuando la APA pretende difundir este nuevo enfoque a través de vídeos en You Tube, charlas en colegios e iglesias y presentaciones a terapeutas cristianos; espero, en mi ingenuidad espero, que la dictadura gay se lo permita.
Los puntos destacables son:
1. Por primera vez, desde el negacionismo de 1973 se permite tratar de alguna manera la homosexualidad a profesionales de la medicina, con tratamientos que no sean exclusivamente la aceptación o la promoción. Esto ya en sí, es bueno, y supone un reconocimiento a la labor de muchos terapeutas y quizá nuevas vías. Quizá hasta se deje de perseguir a fantásticos profesionales por el mero hecho de ejercer la medicina o la psicología y ayudar a los demás. Es posible que les retiren las «estrellas amarillas».
2. Se reconoce un fenómeno — las creencias— como parte constitutiva y fundamental de la persona que no pueden violarse.
3. Porque aunque sea por oportunismo se han tragado una bomba que, como la de Tiburón, puede servir para avanzar más rápido hacia el sentido común.
Hasta aquí sería todo perfecto, muy en línea con la doctrina de la Iglesia Católica (CEC, nn 2358 y 2359). Como dice Alan Chambers, ex-homosexual (sí, sí, ex), y presidente de Exodus International:
"Es un paso positivo; simplemente respetar la fe de alguien es un salto en la dirección correcta. Pero iré más allá. No hay que negar la posibilidad de que los sentimientos de alguien puedan cambiar".
Pero hubo más y, son malas noticias o al menos peligrosas. Intento explicarme.
Un comentarista preguntaba por qué no había una reacción fuerte del homosexualismo contra este avance. Apunto varias razones:
• Se ha aprovechado para, una vez más, intentar desacreditar las terapias de reversión, hasta el punto que la AP titulaba la misma noticia: Psychologists repudiate gay-to-straight therapy (Los psicólogos rechazan las terapias reparativas). Y si hace falta mentir, se hace, porque aunque no lo parezca la noticia es la misma que la del WSJ.
• Se están intentando ocultar los resultados de un estudio de seis años que demuestran que más de un 38% de los casos han revertido la homosexualidad, o al menos se sienten desvinculados de ella. Lo dicho, aunque la agencia AP y los propagandistas del homosexualismo lo intenten, se están dando los primeros pasos. El estudio está anexado en la propuesta de la APA.
• Con esta propuesta se va a intentar transmitir el mensaje de que: bueno, chico, si eres muy religioso te ayudaremos a que no lo pases mal, pero olvídate de intentar cambiar, no se puede. Es más, según la versión de AP, se le propondrá cambiar de religión o de confesión religiosa, y les abre la puerta a incautos, que haberlos, hay.
Y para terminar, ya se conoce que con tácticas mafiosas se eliminó la homosexualidad del DSM-III en 1973, el «diccionario que determina qué es enfermedad y qué no». La siguiente edición debe ser aprobada en 2012, el DSM-V y está en discusión eliminar todas las parafilias. La verdad, es que de perdidos al río, pero no se le puede negar cierta coherencia con lo ocurrido en 1973, ¿qué más da otro hombre, una oveja o un zapato o un niño?, no son más que inclinaciones, ¿no?.

jueves, julio 22, 2010

ETICA NUEVA LEY ABORTO EN ESPAÑA

He dicho en diferentes ocasiones,
que el respeto a la vida humana,
en su inicio, su curso y su final es
resultado de una larga historia
de crecimiento moral. Perder ese
respeto será la mayor desgracia que le puede ocurrir
a la medicina, como ciencia y como escuela de
humanidad, de humanización.
Reflexionando sobre las limitaciones a la objeción
de conciencia que se contienen en la futura ley del
aborto, uno se ve forzado a hacer dos predicciones
alarmantes. Una es la amenaza, trágica, en que se
verá la dignidad profesional de los obstetras. La otra
es el endurecimiento del corazón de la profesión
médica en su conjunto.
La dignidad profesional de los obstetras, en
concreto el compromiso de correr riesgos por salvar
vidas, que ha hecho grande a la especialidad, al igual
que el empeño por buscar nuevas soluciones a los
problemas de la medicina obstétrica, que la ha hecho
todavía más grande, está amenazada. Estamos ante
una ley sesgada, de tal modo inclinada en favor de
la práctica del aborto, que está diciendo a voces a los
médicos que la única salida “segura” que se les ofrece
es hacer abortos. El aborto, cualquier aborto, aún el
no clínicamente indicado, es jurídicamente seguro,
goza de una omnímoda protección de la ley.
En consecuencia, y en pocos años, el aborto se
convertirá en la intervención paradigmática de
la medicina defensiva. Los obstetras que tantas
veces se enfrentan a situaciones complejas, se
verán “liberados” de dudas y perplejidades gracias
al fácil recurso del aborto, promocionado por la
ley. Las estadísticas testimoniarán un crecimiento
espectacular de los abortos “terapéuticos” realizados
por especialistas que no quieren quemarse los dedos
buscando soluciones profesionales a los embarazos
de alto riesgo.
El empobrecimiento profesional de la Obstetricia
no es difícil de calcular. Se verán en dificultades los
médicos que practican la Obstetricia como el arte y
la ciencia de atender a los dos pacientes, a la madre
y al feto, cuyas vidas, igualmente valiosas, han de
ser servidas con competencia y profesionalidad, con
ciencia bien evaluada y con prudencia genuina. Ya
no podrán ser libres, con libertad responsable, de
emitir un juicio profesional fundado en razones.
Bajo el imperio de esta nueva ley, ¿cómo será el
ethos profesional de las cátedras universitarias, los
hospitales clínicos, y las asociaciones profesionales?
¿Qué se dirá de los objetores al aborto en las sesiones
clínicas, en las comisiones de ética, en los congresos
nacionales? Y, ¿qué se enseñará a los alumnos de
medicina y de enfermería?.
He estado estudiando recientemente la ética
médica de los primeros siglos de nuestra era.
Eso me ha llevado a leer cosas que ignoraba. Una
de ellas, el prólogo que Escribonio Largo puso
a sus Composiciones, un formulario de lo que
llamamos fitoterapia. Escribonio trata de los rasgos
de la “professio”, no como vocación, sino como
declaración pública de los deberes, los “officia”, que
el médico asume en su trabajo. Dice que deberían
ser despreciados por los hombres y por los dioses los
médicos cuyo corazón no está lleno de compasión
(misericordia), de humanidad (humanitas) y de
voluntad de no dañar a nadie y de atender a todos
por igual (voluntas). Cita entonces a Hipócrates,
para señalar que al prohibir, en su Juramento,
la práctica del aborto, “había recorrido un largo
camino en dirección de preparar los corazones de
sus estudiantes para la humanitas.”
¿Podrá no endurecerse el corazón de los
estudiantes que crezcan en un ambiente en el que
el aborto es protegido por la ley y la objeción de
conciencia es perseguida y humillada, en nombre
de la libertad altanera de otros? Es una situación
dilémica, de la que saldrán muchos cínicos y unos
pocos que mantendrán sin mancha el nombre de la
medicina”. Y el aborto, el legal incluido, es muerte
y daño para el feto y para la conciencia del médico.
Gonzalo Herranz
Profesor honorario de la Facultad de
Medicina y ex director del Departamento
de Bioética de la Universidad de Navarra

viernes, julio 02, 2010

EDUCACIÓN SEXUAL: REBELIÓN

No hay que esperar a que, el curso que viene, el Gobierno imponga su visión de la sexualidad, a través de la vertiente educativa de la Ley del Aborto: desde hace años, los centros escolares (públicos y concertados) son el escenario de charlas y talleres en los que se pervierte la inocencia de los menores y se embota a los adolescentes.

Así lo denuncian los padres, los expertos, los profesores y hasta los propios alumnos.



«Mi hija estudiaba 2º de la ESO y en el colegio (concertado no católico) tuvo unas charlas de educación afectiva, por parte de Cruz Roja. Esos días, mi hija se iba entristeciendo, encerrando en sí misma, y un día rompió a llorar. Les habían hablado de sexualidad a lo bruto, y ella, en una pregunta sobre el amor, respondió que amor, sexo y matrimonio iban unidos. Pintaron un círculo en el suelo a su alrededor, y preguntaron si alguien más opinaba así (para que entrara en el círculo). Nadie respondió. Ella, encerrada en el círculo, aguantó la mofa de los monitores, que le informaron de que estaba equivocada. Hablé con el tutor, al que no habían permitido estar en clase durante las charlas; y se lo conté al director y a la Inspección Provincial: Son nuevos tiempos, me decían. Supe que estas charlas se habían realizado en casi todos los centros de la ciudad, incluso en los concertados católicos y en los diocesanos. Después, en el colegio, descubrí que el dossier que presentaron decía que el curso sería impartido por psicólogos, pero no era cierto: fueron chavales de 18 años que habían recibido un cursillito y algunas prácticas. En la última sesión, regalaron un condón a cada alumno, aunque mi hija no lo aceptó y se sintió orgullosa». La denuncia que ocupa este extenso primer párrafo lleva la firma de una madre de Castilla la Mancha y es el mejor ejemplo de que la Educación sexual que el Gobierno impondrá el curso que viene -según imponen los primeros capítulos de la Ley del Aborto- en todos los centros escolares es, desde hace tiempo, una realidad en nuestras aulas.

No sólo con las Guías oficiales

Tal como denuncian las asociaciones de padres y los equipos directivos de muchos centros, la Administración lleva años dando el visto bueno a este tipo de talleres. Más allá de las polémicas Guías y webs de recursos didácticos que promueven los Gobiernos autonómicos y el Ministerio de Igualdad, la corrupción de la inocencia se perpetra hoy entre los pupitres del colegio de sus hijos.

De amor no daba tiempo a hablar

El caso que encabeza estas líneas no es una anécdota. Los ejemplos sobreabundan y bastan los siguientes para hacerse una idea de a qué se enfrentan los menores españoles, privados de la vigilancia de sus padres e incluso de sus tutores escolares. El primer ejemplo ocurrió hace unas semanas en un instituto público de Madrid. Una profesora entró en el aula de 3º de la ESO (14-15 años) y los alumnos le comentaron: «Profe, hoy nos han hablado de sexo». Según relataron los menores, unos psicólogos «nos han hablado, con toda claridad, de lo que queríamos saber del sexo», durante unas charlas de educación afectivo-sexual. «¿Y os han hablado del amor y de los sentimientos?», pregunta la tutora. La respuesta es clara: «No profe, del amor y esas cosas ya nos han avisado que no daba tiempo a hablar». Los padres, por cierto, no habían sido informados.

Segundo caso, esta vez en un centro católico concertado: las representantes de una empresa de productos de higiene femenina, con el pretexto de hablar de la menstruación a los alumnos, aprovechan para promocionar la píldora post-coital, la masturbación y el uso del preservativo. Ni los padres habían sido avisados, ni la tutora estaba en el aula.

Homosexualidad en el recreo

Tercer caso, de nuevo en un pueblo madrileño: tras impartir unas charlas de sexualidad, unos jóvenes monitores (que el Ayuntamiento había enviado a un centro concertado) pusieron una mesa en el patio del colegio para que, durante el recreo, los menores cogiesen folletos editados por la Comunidad de Madrid y las asociaciones de gays Triángulo y Cogam. Folletos al alcance de todos los niños, que promovían el sexo anal, oral o vaginal y en los que se leían frases como Si eres mujer, no temas ser protagonista: lleva preservativos y acuerda un sexo más seguro. Los padres protestaron ante el centro, éste lo hizo ante el Ayuntamiento, y éste pidió disculpas porque eso no entraba en lo acordado. Ahora, la directora recomienda a todos los institutos y colegios que, cuando algún grupo llegue a impartir estos talleres, «aunque tenga respaldo oficial, la dirección revise todos los materiales, avise a los padres y tenga cuidado para saber lo que llega a los alumnos, porque si no, puedes salir escaldado. Una cosa es tratar la afectividad para que los niños salgan formados como personas, y otra repartir estos materiales nefastos».

Los padres, en pie de guerra

En el último caso, fueron los padres quienes dieron la voz de alarma. De hecho, la mayoría de las denuncias parten de las familias. Concapa, Cofapa, el Foro de la Familia, las APAS de cada centro y las asociaciones de objetores que nacieron para oponerse a Educación para la ciudadanía se presentan hoy como un agente educativo de primer orden, dispuesto a plantar cara a la perversión sexual que promueve la Administración. Talavera, xq te callas? es una de esas asociaciones quedenuncia, por boca de su Presidenta, doña María Jesús Aranda, cómo «algunos libros que edita la Junta de Castilla la Mancha recomiendan que, ante los problemas, los jóvenes acudan a amigos de confianza, instituciones locales o a los especialistas en juventud de la Junta, pero no aparece por ningún lado la figura de los padres». Además, critica que «los cursos de educación sexual se imparten sin informar a los padres, en horario de tutorías o saltándose el horario de otras asignaturas. Vamos, que mandas a tus hijos a aprender Mates o Filosofía, y aprovechan para enseñarles a ponerse un preservativo con la pata de la silla, o a usar juguetes eróticos».

Negarles el pensamiento

Ante esta promoción de la sexualidad, don Giovanni Alario, miembro de la Fundación Gift and Task y psicoterapeuta especializado en adolescentes, pone un poco de sensatez y explica que «los menores que por su momento evolutivo o sus procesos mentales recurren, por ejemplo, a la masturbación, no necesitan que se les promueva esta conducta, porque ya lo hacen solitos y en su intimidad. Pero los que viven la sexualidad como parte natural de su desarrollo, sin mucho peso, están siendo dirigidos a darle excesiva importancia. En los chicos y chicas que tienden a la impulsividad, no sólo se les niega la posibilidad de pensar y de abrir un espacio de reflexión sobre su mundo interior (la meta de cualquier educación), sino que este tipo de promociones les incita a no pensar, traduciendo en acción todo lo que difícilmente pueden poner en palabras. Si hasta entonces el refugio era la Play Station, ahora será la sexualidad».

Lo que usted no haga en casa...

Sin embargo, lo importante pasa por la respuesta a este despropósito. Don Luis Carbonel, Presidente de Concapa, recuerda que «los padres tienen que saber que lo que no hagan en casa, otros lo harán sin su permiso. Los padres tenemos que formarnos y perder el miedo a hablar con nuestros hijos de sexualidad; tenemos que acudir a escuelas de padres y exigir, desde las AMPAS, que podamos ocuparnos de la formación de nuestros hijos en esta materia». Una formación para padres como la que el Foro de la Familia propone con su campaña La sexualidad sí importa, sin ningún género de duda, que busca evitar que la ideología de género cale en los menores. Así, el Foro impartirá charlas a las familias, y ya ha puesto en marcha el blog http://familiaysexualidad.wordpress.com para responder a las preguntas de los padres, informar sobre la educación afectivo sexual y aportar formación en materia de familia. Porque, como avisa Carbonel, «estamos hablando de algo muy serio: o educamos nosotros a nuestros hijos, o van a pervertir su inocencia».

José Antonio Méndez

¿Qué dicen los alumnos de estos talleres?

Quizá a los promotores de estos talleres de sexualidad les sorprenda que la prioridad de los menores no es cómo ponerse un preservativo (lo que viene explicado en cada caja de profilácticos). Juanlu Uribe tiene 16 años, estudia 4º de la ESO y su opinión sintetiza la de otros menores con los que hemos hablado: «A esta edad, lo que importa es lo psicológico, no lo físico. Eso se aprende solo, es lo natural; pero lo que te preocupa es cómo acercarte a quien te gusta, o qué pasa cuando te enamoras. Hablar de sexo con tus padres puede darte vergüenza, pero ante un problema, sé que los mejores consejos me los darían ellos».

Comunión para la misión

La conciencia de ser un pueblo con un destino común es una realidad que compartimos muchos de los que participamos, por ejemplo, en aquel encuentro de 1982 con Juan Pablo II, en el estadio Santiago Bernabéu; o en el Monte del Gozo, en 1989; o en Czestochowa, en 1991... Cientos de miles de jóvenes vivíamos la conciencia de ser un solo pueblo, una fraternidad, una sola familia.

Cuando se inició la movilización contra Educación para la ciudadanía, cientos de padres secundaron los consejos de las asociaciones que denunciamos la intromisión del Gobierno. Aunque había personas de las más dispares procedencias, de fuera y de dentro de la Iglesia, muchos de los ejemplos más heroicos y comprometidos procedían de personas que, sencillamente, respondían a un espíritu de comunión grabado a fuego durante los años de juventud. Esa comunión suscitaba una confianza firme, surgida en nuestra amistad, desde la fidelidad y la lealtad. En toda España hubo un eco sin precedentes a la totalitaria imposición ideológica del Gobierno. Del mismo modo que aquellas Jornadas de la Juventud supusieron un antes y un después en el sentir de la comunión eclesial de nuestra generación, las movilizaciones ciudadanas recientes (contra el aborto o la Ley de Educación, especialmente) han supuesto un punto de inflexión en la conciencia de misión, de responsabilidad frente a la cuestión política.
Muy recientemente, muchas plataformas de padres objetores se desvinculaban de una de las asociaciones que habían tenido protagonismo en la lucha. El motivo: el quebrantamiento de la confianza y la lealtad entre las personas, que es el criterio irrenunciable del espíritu de comunión. No es posible la misión sin la comunión. Y ésta no es una conquista de la voluntad, sino un don que recibimos de lo Alto. Lo más grande es que cientos de padres siguen luchando y afanándose en dar testimonio de la libertad. Que el error de unos pocos no ha contaminado este grito de libertad, que exige transparencia. Y esto es lo que han sabido hacer los miembros de esas plataformas: garantizar la transparencia de intenciones a los padres que pusieron su confianza en ellos. La lucha por la libertad no sólo sigue intacta, sino que se siente avivada por nuevos retos, como la Ley del aborto. La intromisión del Gobierno en la Educación sexual de los menores exige de nuevo la comunión leal que nos capacita para la misión. Para ello, unos y otros debemos luchar unidos, desde la transparencia.

Fernando López Luengos
Vicepresidente de Educación