FIVE, CONSECUENCIAS

En el periódico Australian (28-I-2005), se comenta que los niños nacidos por fecundación in vitro tienen un 40 % más de posibilidades de sufrir defectos al nacimiento, incluyendo labio leporino, espina bífida o problemas de corazón, que los engendrados por vía natural. Los datos proceden del Instituto Telethon para la Investigación de la Salud Infantil de Perth, Australia, y están basados en el análisis de 25 estudios publicados sobre esta materia. Los resultados no indican la causa de los problemas. La investigadora Michelle Hansen, declaró que los defectos podrían estar causados por el procedimiento utilizado para la fertilización in vitro o quizá porque las parejas que pretenden quedarse embarazadas pudieran tener alguna anomalía médica subyacente que pudiera causar los defectos de los niños al nacimiento. Entre las posibles causas relacionadas con el tratamiento de fertilización in vitro se citan la manipulación del óvulo, el esperma o el embrión, o los medicamentos que se administran para inducir la ovulación o para mantener el embarazo, observa Hansen. Los resultados australianos han sido confirmados por investigadores norteamericanos, presentados en una conferencia de la American Society for Reproductive Medicine, que tuvo lugar a mediados de octubre pasado en Montreal. Jeffrey Nelson, del Centro Reproductivo Huntingdon de California, utilizó el diagnóstico genético preimplantacional para analizar 289 embriones generados a partir de donantes de óvulos sanos, todas con menos de 30 años. Encontró que el 42% tenía cromosomas dañados. Otro estudio presentado en la misma Conferencia, realizado por un equipo dirigido por Paulette Browne, del Centro Shady Grove para Genética Preimplantacional de Maryland, examinó embriones creados con óvulos de donantes sanas de entre 21 y 31 años. Encontró que había un 52% de probabilidades de anormalidades genéticas. Finalmente, un tercer estudio, de Peter Nagy, un experto en fertilidad de la clínica "Reproductive Biology Associates", con sede en Atlanta, encontró que las parejas jóvenes que se someten a un tratamiento de fertilidad tienen más probabilidades de tener defectos genéticos que los embriones creados a partir de donante sanos.