jueves, junio 08, 2006

HS Y LA GUERRA CULTURAL

Decenas de homosexuales irrumpen en una catedral norteamericana y profanan
la eucaristía
Redacción - 07/06/2006
Más de cincuenta activistas homosexuales interrumpieron una misa el pasado
domingo en la catedral de Minneapolis, ataviados con los colores del aro
iris. Se les negó la comunión, pero uno de ellos acudió sin "disfraz", se
llevó la hostia y la repartió con el resto del grupo
La homosexualidad es la punta de lanza de lo que se ha bautizado en Estados
Unidos como una "guerra cultural". En juego están dos instituciones de
derecho natural: el matrimonio y la familia. No se trata simplemente de una
"ampliación de derechos", sino que la ofensiva amenaza con restringir la
libertad religiosa en todos los ámbitos imaginables: educación, agencias de
adopción, libertad de expresión... Así lo exponían varios expertos, muchos
de ellos favorables al llamado matrimonio homosexual, en The Weekly Standard
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La explicación es la siguiente: Al ser la familia y el matrimonio
instituciones que el Estado se compromete a promover, la alteración de su
significado implica cambios en todo el cuerpo legal. Fuera de juego quedan
la Iglesia y la mayoría de comunidades eclesiales protestantes. En Boston,
las agencias católicas de adopción, pioneras en este campo, se van a ver
forzadas a cesar su actividad por oponerse a entregar a niños a parejas
homosexuales. Boston es la principal ciudad del Estado de Massachussets, el
único que ha legalizado, por vía judicial, el matrimonio homosexual, pero
hay varios litigios al respecto en varios Estados.
El lobby gay ha dirigido toda su artillería frente a la Iglesia católica. Su
mayor éxito se lo apuntó al lograr que el Ayuntamiento de San Francisco
condenara públicamente al Prefecto de la Congregación de la Doctrina para la
Fe, monseñor Levada, el día de su creación cardenalicia. La resolución,
aprobada unánimemente, acusaba al cardenal de "homófobo".
En los últimos días, varias organizaciones de homosexuales habían amenazado
con irrumpir en las misas de Pentecostés en reivindicación de su "derecho" a
comulgar, pese a que los promotores de la iniciativa ni siquiera son, en su
mayoría, católicos. La amenaza se materializó en la catedral de Minneapolis.
Más de cincuenta activistas irrumpieron con chubasqueros con los colores del
arco iris, antiguo emblema inca que hoy utiliza el activismo homosexual.
El momento más tenso fue la comunión. Varios se acercaron a recibirla, pero
se les negó. Finalmente, una de estas personas se deshizo de su prenda
coloreada y logró recibir la eucaristía. Pero en lugar de comulgar, la
repartió ostensiblemente con el resto del grupo.
El portavoz del arzobispado, Dennis McGrath, dijo al Washington Post que,
pese a la violencia de la situación, el arzobispo optó por continuar la
misa. La Policía estaba alertada, pero la archidiócesis prefirió no dar
aviso para evitar que hubiera detenciones en el templo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que al meditar este artículo queda bien claro quienes son los
homofóbicos. Ojalá se corrigiesen pues puede haber una cura, como lo
menciona el Dr. Richard Cohen en su libro:"¿Cómo comprender y sanar la
homosexcualidad?"

Acaba de estar un Sacerdote en Barcelona y nos dijo que el Alcalde había
felicitado a dos soldados del ejército que se habían unido sentimentalmente.
Es duro, y se hace mucho daño a la Familia como Dios la manda. Pero ser
testigos de esperanza sobre el triunfo final de la familia natural
heterosexual y monógma.

Anónimo dijo...

Ruego a Dios todos los días que nuestros hermanos HS encuentren la paz y la verdad, pero la verdad absoluta que sólo DIOS tiene para que se sientan al fin plenos y dejen de tratar una aceptación que finalmente les traería más mal que bién. Es inútil tal aceptación, pues ellos saben que en fondo ni ellos mismos se aceptan, no por nada en sus uniones sentimentales, siempre existen la infidelidad, promiscuidad, violencia y una necesidad imperante de identificarse así mismos.