En las técnicas de fecundación in vitro la tasa real de éxito
queda siempre por debajo de las expectativas y de las promesas.
La historia se vuelve a repetir con la utilización de
óvulos descongelados.
La primera vez que se consiguió un embarazo a partir de
un ovocito descongelado fue en 1986. En el año siguiente
se lograron algunos más, pero, a pesar de ello, el uso de
ovocitos descongelados con fines reproductivos ha sido
pequeño. Sin embargo, con la llegada de la inyección intracitoplasmática,
un método de fecundación in vitro, se pensó
que se mejoraría la eficiencia del uso de ovocitos descongelados
con fines reproductivos. Pero, al parecer, no ha
sido así, ya que a pesar de que se han descrito algunas fecundaciones
exitosas, todavía existen objetivos problemas
técnicos para utilizar ovocitos descongelados.
Por ello, en un reciente trabajo (Human Reproduction
21; 370, 2006), se vuelve de nuevo a valorar la eficiencia del
uso de ovocitos descongelados. De 1.087 ovocitos, que se
descongelaron, sobrevivieron 760 (69,9%), de los que 687
fueron fecundados por inyección intracitoplasmática de un
solo espermatozoide. Se obtuvieron 368 embriones normales
(53,5%). Se transfirieron 331 y se volvieron a congelar
37. De los 331 transferidos se implantaron adecuadamente
145 y finalmente se obtuvieron 18 embarazos
(12,4%). De ellos llegaron a término los de 12 mujeres que
dieron lugar a 13 niños sanos. El número de abortos en el
primer semestre fue de 6 (33%).
Resumiendo, de 1.087 óvulos descongelados se consiguieron
13 nacidos vivos, un 1,11%, y de los 760 óvulos
que sobrevivieron a la descongelación nacieron 13 niños
(1,71%), datos que confirman la baja eficiencia de la técnica.
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