Tras mucho tiempo de ofrecer estadísticas exageradas y no acordes con la realidad, finalmente el Programa de las Naciones Unidas para la lucha contra el SIDA (UNAIDS) admitió haber inflado las cifras de quienes padecen esta enfermedad en todo el mundo.
Según algunos analistas, esta estrategia habría estado beneficiando a la masiva industria del SIDA que constantemente solicita más fondos.
En Noviembre 2007 se presentó el informe anual de UNAIDS. En él se admite que han disminuido las cifras de la pandemia del HIV/SIDA debido, básicamente, a "la fuerte evidencia utilizada por los expertos científicos en SIDA con la que demuestran que los métodos de la agencia (UNAIDS) para predecir el curso de la epidemia no eran adecuados".
El Dr. James Chin, antiguo jefe del Programa de SIDA de
The Washington Post precisa además que para el Dr. Chin los nuevos números de UNAIDS están todavía muy altos. Él afirma que en el mundo hay 25 millones de enfermos de SIDA, mientras que UNAIDS dice que son 33 millones. "Si están saliendo con 33 millones, se están acercando. Es alto, pero ya no es más descabellado", dijo el experto al diario estadounidense.
De acuerdo a UNAIDS, la reducción en las cifras se debe a información más acertada proveniente de
De otro lado, Helen Epstein, autora de un reciente libro sobre la lucha contra el SIDA, dijo al Washington Post que dentro de
Comentarios:
Desde hace tiempo se viene denunciando que en muchísimos casos se diagnostica como SIDA lo que es simplemente hambre, ya que no se hace análisis del virus sino sólo en base a los síntomas (bajas defensas, enfermedades oportunistas, etc).
Es una vieja estrategia del sistema la de cambiar el nombre a los problemas para desviar la atención y no ir a las causas. Siendo el virus del sida un gran drama que requiere de solución inmediata, resulta un culpable muy conveniente para achacarle el mayor problema de la humanidad: el hambre provocada por un capitalismo salvaje en beneficio de una minoría bien posicionada.
Esta estrategia tiene además las "ventajas" de generar millones de inversiones públicas para "abaratar" los medicamentos y engrosar los beneficios de las farmacéuticas, además de culpabilizar sucintamente a los propios hambrientos de su situación, permitir a los políticos hacerse la foto solidaria y comprometida y colar de paso sus políticas anti-natalistas como "lucha contra el sida".
La manipulación de la opinión pública que el sistema practica pasa siempre por invocar un principio loable (sea la lucha contra el sida o ahora el Cambio Climático), basado en un problema cierto, pero desviar la atención de sus verdaderas causas y así presentar "SU SOLUCION" como la única posible: más capitalismo.
En el sida es evidente la opción pro-fármacos y pro-condón frente a una educación sexual integral y la mejora de las condiciones sanitarias y alimentarias de la población. En el cambio climático se trata de fomentar el negocio del bio-diesel (que ya está provocando más hambre) y las nucleares, dentro de una guerra entre las naciones poderosas por el control de la energía. Con charlas ecológicas a 200.000 euros cada una, ni se plantea realmente cambiar el modelo económico de los países enriquecidos, ni mucho menos el modo de vida.
¿Denunciar estas mentiras es estar en contra de los verdaderos enfermos de SIDA o contra la agresión medioambiental? No nos dejemos engañar, pensemos con cabeza propia y actuemos en consecuencia.
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